Grieta con sabor abandono,
que humilla la tierra
la hace perecer
ante la escasez de vida,
esa vida que se apaga
que no es vida, que se abre
una herida en la compuerta
del mundo, una dimensión
que agrieta los sentidos
porque duele, ese dolor
atrapa arrancando
todo resquicio por donde pasa,
a su paso ya no hay más
que una vaga esencia
de un mañana que no vuelve.
Grieta del dolor en llagas,
palabras mudas resecas
de todo eco aflorado
que decaído asiente
su destino cruel,
desquebrajada la sabiduría
que tuvo en un pasado,
y que hoy con las manos
ya pasadas de vuelta por la vida
dormidas se quedan
muriendo así la gracia
de sus dedos calcinados
por la sequedad de su piel.
© 2016 Rosana Martí ®
(Todos los derechos reservados)
Aporte a la semana 9 de 52 del blog de Sindel